El país cuenta con platos y dulces típicos para cada ocasión
¿Se imagina disfrutando de un pescado frito con tostones en Boca Chica? Seguro que se le hizo “agua la boca” de solo pensarlo. Por la variedad de platos, la gastronomía dominicana se ha convertido en un referente para quienes quieren vivir una explosión de sabor en su paladar.
Visitar República Dominicana y hacer turismo gastronómico significa descubrir sus sabores: los tubérculos, las frutas tropicales, la carne, el orégano y el ajo, las técnicas y los ingredientes, como el plátano, que dieron lugar a platos tan típicos como el mofongo y el mangú.
Pero no solo de platos salados se mantiene el paladar. En el país hay una vasta variedad de postres, capaces de crear adicción hasta en el más indiferente de los comensales. El arroz con leche y habichuelas con dulce, el majarete y el dulce de cajuil son postres populares.
Para el creador de Foodie and Traveler, Juan de Dios Valentín, la gastronomía dominicana es darle al turista una “probadita de la exquisita cocina, matices y sabores”.
Existe una mezcla de ingredientes que, con el paso del tiempo, se fusionaron con las recetas de los taínos, españoles y esclavos africanos, como parte de la transculturización.
República Dominicana ofrece una carta gourmet variada para el deleite de los comensales. Su oferta va desde la cocina tradicional con el plato típico “la bandera”, hasta platos elaborados a base de productos provinciales como el mofongo o el sancocho, combinados con una bebida refrescante.
El arte culinario constituye una variedad de platos que van desde sopas y guisos, hasta bocadillos y dulces. Más allá del clásico plato de arroz, habichuelas y carne, desde que el dominicano despierta busca su desayuno. Un plato llamado “los tres golpes”, elaborado a base de plátano verde, cebolla, queso, huevo frito y salami frito.
En la zona costera, el pescado con coco se alza como un platillo evocativo y tradicional para el ocio en las playas, de viajes familiares y cócteles al atardecer. Es un plato típico consumido por los turistas, que está acompañado por tostones o moro de gandules.
Los infaltables yaniqueques, aquel plato a base de harina de trigo que se fríe en aceite y suelen rellenarse de queso, encontrándose en cualquier esquina de la metrópoli.
El sancocho es otra opción para degustar, cuya esencia se trata de un caldo a base de carne de pollo y res, verduras y tubérculos. Para los amantes de las frutas, encontrarán en las calles, frutas de temporadas como mangos, coco, piña.
Basta con revisar los menús de restaurantes y cadenas hoteleras en las principales zonas turísticas del país para encontrar platos de la gastronomía criolla, como el casabe, pasteles en hoja, pescado con coco y otros.
Valentín exhorta a los dominicanos a ser el representante directo de la cocina como elemento cultural y social a la hora de ofrecer una experiencia culinaria a cualquier turista, sin importar un restaurante o una propuesta de comida callejera.
Además, expresó que los actores que son partícipes de la cadena gastronómica deben conocer cada producto, el origen de los platos y la historia para ser el representante directo de la cocina dominicana.
Fuente: El Dinero