Santo Domingo, República Dominicana – El mangú, un platillo emblemático de la gastronomía dominicana, se ha consolidado como un símbolo de identidad nacional y un pilar de la tradición culinaria del país. Elaborado a partir de plátanos verdes hervidos y machacados, este plato es una delicia que forma parte de la dieta diaria de miles de dominicanos y que destaca por su sencillez y su inconfundible sabor.
Un Desayuno Tradicional:
El mangú se consume principalmente en el desayuno, aunque su versatilidad permite disfrutarlo a cualquier hora del día. La receta es sencilla, pero su preparación requiere atención y cariño. Los plátanos, después de ser pelados y cocidos en agua con un toque de sal, se machacan con mantequilla o aceite, logrando una textura cremosa y suave. El resultado es un puré dorado que conquista a todos los paladares.

Acompañamientos Clásicos:
Una de las características más distintivas del mangú es su capacidad para combinarse con otros alimentos. La versión más conocida, «mangú con los tres golpes», incluye huevos fritos, salami y queso frito, creando un festín de sabores y texturas que honra las tradiciones de la cocina dominicana. Además, no es raro encontrarlo adornado con cebolla frita, que añade un toque de frescura.
Un Plato con Historia:
El mangú no solo es un alimento; es un elemento cultural que ha trascendido generaciones. A menudo se asocia con el hogar y las reuniones familiares, evocando recuerdos de desayunos en familia durante los fines de semana. Según estudios gastronómicos, el plato refleja la influencia de las culturas africanas y taínas presentes en la República Dominicana, consolidándose como una representación de la fusión cultural del país.
Un Guiño a la Innovación:
Aunque el mangú se ha mantenido fiel a su receta tradicional, los chefs contemporáneos en la República Dominicana están experimentando con ingredientes y presentaciones. Variantes que incorporan ingredientes locales como el aguacate o la yuca han ganado popularidad, así como versiones vegetarianas que sustituyen el salami por hongos u otras proteínas.
Conclusión:
En cada bocado de mangú se puede saborear la historia, la cultura y la tradición de la República Dominicana. Este platillo, accesible y lleno de sabor, no solo representa la esencia de la cocina criolla, sino que también es un embajador del país en el extranjero. Sin lugar a dudas, el mangú seguirá ocupando un lugar especial en el corazón y en la mesa de los dominicanos por generaciones.
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