La invasión rusa a Ucrania, que comenzó hace tres años, ha generado un impacto ambiental devastador, liberando 229,7 millones de toneladas equivalentes de CO2 a la atmósfera. Esta cifra es comparable a las emisiones anuales de 120 millones de vehículos o a la suma de las emisiones de Austria, Hungría, República Checa y Eslovaquia. Un reciente informe reveló un preocupante aumento del 30% en las emisiones durante el último año, sumando 55 millones de toneladas adicionales.
El análisis del informe desglosa las fuentes de estas emisiones. Los combates militares representan la mayor parte, con 82,1 millones de toneladas (36% del total). Le sigue la reconstrucción de infraestructuras dañadas, con 62,2 millones de toneladas (27%), y los incendios forestales, con 48,7 millones de toneladas (21%). Estos últimos, exacerbados por una sequía probablemente relacionada con el cambio climático, han experimentado un incremento del 113% respecto al promedio de los dos primeros años del conflicto, alcanzando niveles particularmente devastadores en 2024.
Otros factores contribuyentes incluyen los ataques a infraestructuras energéticas, principalmente petroleras (19 millones de toneladas, 8%), y el cierre del espacio aéreo, que afectó la aviación civil (14,4 millones de toneladas, 6%). Si bien los desplazamientos de refugiados ucranianos también generaron emisiones (3,3 millones de toneladas), su impacto en 2024 fue relativamente menor. El informe concluye señalando la responsabilidad de Rusia por estas emisiones y su impacto climático, estimando el coste social del carbono en más de 42.000 millones de dólares.
Con información de htnoticias.com
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