El glaucoma, una enfermedad silenciosa que daña el nervio óptico y causa pérdida gradual de la visión, es una de las principales causas de ceguera irreversible a nivel mundial. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 64 millones de personas lo padecen, con 6.9 millones presentando deficiencia visual moderada o grave. Se proyecta un aumento significativo de casos para el 2040, superando los 111 millones de afectados.
En República Dominicana, según la Asociación Dominicana de Riesgos de Salud (ADARS), el 4% de la población sufre de glaucoma. Con motivo del Día Mundial del Glaucoma (12 de marzo), la Unidad de Oftalmología y Catarata resalta la importancia de la prevención y detección temprana, ya que la enfermedad suele ser asintomática en sus etapas iniciales. Se estima que el 50% de los pacientes desconocen su condición hasta que la pérdida visual es significativa.
El glaucoma de ángulo abierto, el tipo más común, inicia con pérdida de visión periférica que puede progresar a deficiencia visual grave. Si bien el glaucoma es tratable, no es curable; el daño al nervio óptico es irreversible. Por ello, se recomiendan evaluaciones oftalmológicas periódicas, especialmente para personas con antecedentes familiares, mayores de 50 años, miopía alta, córnea delgada, o pertenecientes a razas negra, asiática o latina.
Otros factores de riesgo incluyen presión intraocular alta o baja, presión de perfusión ocular baja, hipertensión arterial, diabetes mellitus e hipotensión sistémica. El glaucoma se clasifica en tres tipos principales: de ángulo abierto, de ángulo cerrado e infantil, cada uno con sus subclasificaciones. El tratamiento se centra en reducir la presión intraocular, el único factor de riesgo modificable, aunque la presión normal puede variar entre 10 y 21 mmHg.
El tratamiento debe ser personalizado, considerando el tipo de glaucoma, la presión intraocular meta y la respuesta del paciente. Las opciones terapéuticas incluyen medicamentos hipotensores (tópicos y orales), procedimientos láser, cirugías mínimamente invasivas y convencionales, e implantes de dispositivos valvulares. Una evaluación oftalmológica completa, incluyendo campo visual y tomografía de coherencia óptica, permite determinar el tipo y grado de glaucoma, así como el tratamiento más adecuado. Se recomienda un chequeo anual.
Con información de Diario Libre
Obtén información al instante, únete a nuestra comunidad digital
Síguenos en nuestras cuentas de Redes Sociales
Instagram: @dominicananews24oficial